La certificación energética de tu casa puede aumentar o reducir su valor de cara a una compra o alquiler. Te contamos cómo mejorar la eficiencia energética de una vivienda y cuáles son sus ventajas.

¿Por qué mejorar la certificación energética de tu vivienda? Ya sea para vivir en ella, venderla o alquilarla, mejorar la certificación energética de tu vivienda ofrece múltiples ventajas, aunque también requiere una inversión inicial. Para ello, es fundamental contar con asesores profesionales e informarse sobre las subvenciones disponibles.
Aquí tienes una guía práctica con los consejos clave para hacer tu casa más eficiente.
 

Antes de hablar de mejoras, es importante entender qué es la certificación energética. Se trata de un proceso que evalúa la eficiencia energética de una vivienda y le asigna una etiqueta con una calificación de la letra A (más eficiente) a la G (menos eficiente).

Esta etiqueta indica el consumo de energía y las emisiones de CO₂ de la vivienda, lo que influye en su valor y en el gasto energético a largo plazo.
 

Si logras una certificación energética alta, obtendrás los siguientes beneficios:

• Aumento del valor de la vivienda: una mejor calificación energética eleva su valor en el mercado.
• Ahorro económico: una vivienda eficiente consume menos energía, reduciendo las facturas de luz y gas.
• Mayor confort: un buen aislamiento y sistemas eficientes mantienen una temperatura estable en el interior.
• Contribución a la sostenibilidad: ayuda a reducir el impacto ambiental al disminuir el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero.
• Cumplimiento legal: en España, es obligatorio contar con el certificado energético para vender o alquilar una vivienda.
   

Para optimizar la certificación energética, es importante actuar sobre factores clave que influyen en el consumo de energía.

• Obtener el certificado energético: si aún no lo tienes, el primer paso es solicitarlo a un técnico cualificado. Este informe indicará el estado de la vivienda y señalará las áreas de mejora. También puedes realizar una auditoría energética detallada para obtener resultados más precisos.
• Mejorar el aislamiento térmico: revisar techos, fachadas y suelos, para asegurar un buen aislamiento; y ventanas y puertas, para evitar fugas de calor o frío.
• Optimizar los sistemas de calefacción y refrigeración: la caldera tradicional por una caldera de condensación o bomba de calor. Elegir aires acondicionados con clasificación energética A+++ para mayor eficiencia.
• Usar iluminación eficiente: cambiar todas las bombillas tradicionales por LED, que consumen menos energía y duran más tiempo.
• Control y gestión de la energía: instalar termostatos programables para controlar la temperatura de manera eficiente. Optar por electrodomésticos con alta clasificación energética al renovarlos.