Invertir en inmuebles sostenibles, con consumos energéticos casi nulos, es invertir en calidad urbanística. La comunidad europea es consciente de ello y pone sobre la mesa diferentes paquetes de ayudas. Uno de los más populares, el Fondo de Recuperación de la Unión Europea, Next Generation, destina casi 7.000 millones de euros a la renovación energética de edificios. 

Para vivir en un mundo mejor es importante apostar por nuevos modelos de construcción que ayuden a la sostenibilidad del planeta. Y queda mucho camino por recorrer. Según el World Green Building Council, hoy los edificios son los responsables del 39% de todas las emisiones de carbono en el mundo. Reducir esta alarmante cifra redunda en el beneficio de todos y solo es posible si inversores, propietarios e inquilinos trabajan juntos. 

Así que toca cambio de paradigma. El mercado (y el Planeta) manda y, en la actualidad, los compradores de inmuebles prefieren que sus viviendas sean energéticamente eficientes o más sostenibles. Pero también los inversores. Un estudio de DLA Piper -que consultó a más de 100 inversores inmobiliarios de toda Europa- asegura que los inversores están tomando buena nota de las necesidades de la ciudadanía. Vamos, que un 71% de ellos aceptaría mayores costes con la finalidad de proporcionar inmuebles respetuosos con el medio ambiente. Es decir, aún sabiendo que la inversión es mayor en un principio, los inversores confían en la revalorización del edificio y en los ahorros energéticos para recuperar ese capital inicial. 

Así que sí, invertir en casas "verdes" se ha posicionado como una tendencia de moda en el sector inmobiliario. Y, en este sentido, los inversores se orientan más hacia inmuebles o edificios sostenibles, eficientes y, sobre todo, respaldados por certificaciones de construcción sostenible. Si estás pensando en comprar una casa para después alquilarla, lo más sensato es que esa vivienda cuente, por ejemplo, con un certificado energético superior a la E. Así tendrás más facilidad a la hora de hacer transacciones con ella.

En este camino hacia la transacción energética, los edificios "verdes" y eficientes van a ver incrementada su demanda. Pero ¿qué pasa cuando el bien inmobiliario aún no está preparado para ser energéticamente respetuoso con el entorno? No hay que olvidar que el boom por los edificios verdes, en España, es aún muy reciente y que el parque inmobiliario del país necesita un refresh para ser todo lo sostenible que las nuevas normativas reclaman. 

En este sentido, entidades y organizaciones públicas se han puesto las pilas y, actualmente, existen muchas subvenciones para apoyar económicamente a esta demanda. Estas ayudas permiten reducir, por ejemplo, el consumo energético de los inmuebles, afrontar mejoras como la instalación de placas solares o fotovoltaicas, aerotermia o el cambio de ventanas. 

Una de las subvenciones más importantes llega de mano de la Unión Europea y su Fondo de Recuperación Next Generation. Esta iniciativa va a destinar casi 7.000 millones de euros a la renovación energética de edificios. El objetivo es reducir al menos un 30% del consumo de energía no renovable en los hogares y bajar la demanda de calefacción y refrigeración en un 7%. 

En España estas ayudas, vehiculadas por este Fondo Europeo, se ven materializadas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resilencia (PRTR). Irán destinadas a colocar aislamiento tanto en fachadas como en cubiertas, y sustituir las carpinterías por otras con rotura de puente térmico para evitar que el frio "se cuele" por las ventanas de las casas; o para retirar restos de amianto y mejorar la accesibilidad de las ventanas. 

En España, se prevé alcanzar las 510.000 actuaciones de renovación de viviendas en el segundo trimestre de 2026. En total, se espera ejecutar 510.000 actuaciones de rehabilitación.

A la hora de reformar una vivienda -y dar prioridad a cómo reducir la huella de carbono y su impacto ambiental- también es interesante intentar beneficiarse de ayudas propias de cada Comunidad Autónoma. Revisa cuáles hay en tu zona que dependan del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDEA). Por ejemplo, cuentan con el programa DUS 5.000 que subvenciona -con un presupuesto de 675 millones- la transición energética en los municipios de menos de 5.000 habitantes.