El Gobierno ha aprobado el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Vivienda Industrializada, una iniciativa dotada con una financiación de 1.300 millones de euros en 10 años, con los que se busca dinamizar un nuevo modelo de construcción más rápida y sostenible.

El capital se movilizará a través de créditos del Instituto de Crédito Oficial (ICO), con el objetivo de movilizar un modelo de construcción más rápida y sostenible. Los fondos ya están disponibles para las empresas, pero todavía queda cerrar la definición de ciertos criterios y mecanismos para canalizar el dinero. 

El proyecto tiene como objetivo de agilizar, mejorar la calidad de la construcción y, reducir su impacto ambiental. La inversión se destinará a aumentar las infraestructuras que posibiliten la construcción industrializada, mediante la construcción de más fábricas de viviendas. 

El objetivo de este plan es construir 15.000 viviendas industrializadas al año, llegando a las 20.000 anuales dentro de diez años, tal y como apuntan desde el Ejecutivo. Actualmente, el déficit de viviendas en España escala hasta 600.000 unidades, según datos de Banco de España. 
 

La construcción industrializada es un método constructivo donde una gran parte de los componentes se producen en una fábrica, se transportan al sitio de construcción y ahí se ensamblan. Por lo tanto, muchos procesos están automatizados y mecanizados. 

La vivienda industrializada se ha posicionado como una alternativa más rápida y sostenible frente a la construcción tradicional, pero aún cuenta con muchos obstáculos que superar. 

Este tipo de construcción de vivienda también aporta solución a otro problema del sector inmobiliario: la falta de relevo generacional entre los profesionales de la construcción. Si el trabajo es en la fábrica, ofrece mejores condiciones que en el terreno y requiere trabajadores con formación. 

Además, la vivienda industrializada promete acabar con la crisis de vivienda, permitiendo la promoción de más vivienda en menor tiempo, lo que aceleraría la capacidad de construcción de viviendas en España y su consecuente puesto en el mercado, ampliando la oferta. 
 

La naturaleza de la construcción industrializada no se adapta al actual crédito promotor, que no permite la financiación de la construcción fuera de la obra. Otro obstáculo se encuentra en el Código Técnico de Edificación. Los profesionales aseguran echar en falta un marco normativo adaptado al modelo que facilite y agilice los trámites para su implantación generalizada. 

El sector inmobiliario también tiene que sortear la falta de infraestructuras que permitan la construcción industrializada, un problema que el Gobierno quiere resolver a partir de este PERTE. 
 

Para llegar a su objetivo, el Gobierno ha dividido este plan en tres ejes de actuación: 

• Aumentar la capacidad productiva: el plan contempla impulsar la producción industrial de vivienda, crear un entorno regulatorio que fomente que las empresas apuesten por esta tecnología y, apoyar a las pymes para que apuesten por la industrialización. 
• Construir más rápido y mejor: este punto pone especial foco en reducir el impacto ambiental y los residuos, a la vez que ofrece una mayor celeridad.
• Formación y talento: el tercer punto del plan es atraer más talento al sector y formar más perfiles técnicos e instaladores, manteniendo el contacto con centros de Formación Profesional, además de atraer mujeres en un sector masculinizado. 
   

La sede del programa se establecerá en la zona de actividades logísticas del Puerto de Valencia, en terrenos de titularidad pública gestionados por el Sepes (Entidad Pública Empresarial de Suelo, dependiente del Ministerio de Vivienda).

La sede actuará como centro de investigación y formación y se denominará “ciudad de la industrialización de la construcción”. En su área digital, los agentes participantes en el PERTE podrán compartir datos y avances técnicos. 

En resumen, la construcción industrializada es un método constructivo que permite fabricar y ensamblar edificios de forma rápida, mejorando la calidad y reduciendo el impacto ambiental. Sin embargo, requiere una inversión inicial significativa para contar con la infraestructura que permita llevarla a cabo, un escollo que el Gobierno prevé sortear con la implantación del PERTE de Vivienda Industrializada.