Adquirir segundas viviendas era habitual entre los españoles allá por los años setenta y ochenta. Entonces, empezaron a llegar compradores internacionales y acabaron por afianzar esta tendencia. Tanto que hoy, las compraventas con un propietario extranjero detrás no parar de aumentar.
 
En la década de los 70 y los 80, era más que habitual pasar las vacaciones de verano en la segunda residencia. Tras el éxodo rural, los españoles avanzaban a paso firme y el gran logro era hacerse con un chalet o apartamento para pasar los días libres en familia. Así, entre 1970 y 1991 este tipo de viviendas aumentó en más de 2,1 millones de unidades. 
 
Hace diez años, el Banco Central Europeo situó a España como uno de los países europeos con más casas secundarias. Ahora, cerca de 3 millones de familias españolas aseguran tener en propiedad un segundo inmueble, según el censo del Instituto Nacional de Estadística. 
 
Por lo tanto, las segundas residencias en España vuelven a estar de moda. Tras dos años de incertidumbre y caída debido a la pandemia, estos últimos meses ya han alcanzado cifras iguales o superiores a los niveles pre covid y todo gracias, en parte, a la demanda extranjera. 

Precisamente, los compradores extranjeros están transformando el mercado de las segundas residencias. Desde 2009, el protagonismo de la demanda de segundas viviendas, por ejemplo, en la costa española estaba en manos de inquilinos internacionales.  

Hoy, la tendencia de comprar pisos o apartamentos por parte de extranjeros no residentes en territorio español se está afianzando. De hecho, gracias al ahorro que propició la covid-19 y tras sus restricciones de movilidad, los compradores que no viven en España regresan con ganas al país, aunque sea solo unos meses. Así, según el Servihabitat Trends sobre el Mercado Residencial en España 2022/2023, las viviendas vendidas a extranjeros han recuperado su tono y en 2022 alcanzaron un 16% del total. 

El mercado de la vivienda vacacional gira cada vez más en torno al turismo extranjero. Y al sol y el mar. Las cifras de este Trends lo avalan: un total de ocho provincias españolas se colocan por encima de la media nacional, estando todas ellas bañadas por la costa. 

En estas localidades, el precio medio de la vivienda destinada a segunda residencia se sitúa, según Tinsa, en torno a los 2.550 euros por metro cuadrado. Mallorca, Ibiza, Formentera o Santa Cruz de Tenerife son algunas de las ciudades con los precios más altos y que acumulan una mayor demanda, mayoritariamente, de perfiles internacionales. En común tienen un alto poder adquisitivo y un deseo de descansar bajo el clima amable que ofrecen esas zonas. 
 
Con todos estos datos sobre la mesa, ya se puede asegurar que la demanda internacional ha superado los niveles previos a 2020. Otra cifra: en 2022 -cita Tinsa- se registraron 287.313 transacciones, un 10,2% más que el año anterior.

Los inversores extranjeros que compran una segunda residencia en España son, principalmente, ingleses, franceses y alemanes. Durante 2022, añade el informe de Tinsa "Vivienda en Costa 2023", se redujo el número de compradores nórdicos y, en cambio, aumentó la presencia de inversores centro europeos, además de rusos y ucranianos. 

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