La recalificación del suelo permite cambiar el uso permitido, según la normativa de urbanismo municipal, en un terreno. Los beneficios son múltiples y es un proceso que puede, incluso, mejorar la inversión en este tipo de activos inmobiliarios. 

Uno de los grandes pilares del urbanismo es la clasificación del suelo. Entender los tipos de suelo, su importancia y los pasos necesarios para recalificarlos; es decir, convertir un terreno rústico en urbano, es importante para invertir con éxito en el sector inmobiliario. 

Esta transformación requiere unos pasos administrativos y técnicos que hay que cumplir para evitar riesgos legales. Si estás pensando en invertir en un terreno y quieres aprovecharlo al máximo, entender los pasos (y costos asociados) de una recalificación te puede ayudar a tomar la decisión más beneficiosa. 

El valor de un terreno está relacionado con su uso permitido. Un cambio de clasificación, como pasar de suelo agrícola a suelo urbano, puede aumentar considerablemente su valor y abrir nuevas oportunidades económicas para los inversores. Por eso, vale la pena analizar, previamente, los plazos y riesgos legales de una recalificación de terreno para valorar cualquier inversión. 

El hecho de querer modificar la clasificación o calificación original de un terreno implica un proceso, a veces largo y complejo, tanto técnico como legal que hay que seguir. 

1. En primer lugar, hay que consultar el Plan General de Ordenación Urbana, el PGOU. Este documento de ámbito municipal servirá para conocer el uso actual de un terreno en concreto y sus posibilidades legales de recalificación. Existen suelos que no son aptos para recalificación debido a determinadas normativas de protección del patrimonio o medioambientales, por ejemplo. 
    
2. El segundo paso es consultar los requisitos específicos para llevar a cabo la recalificación del suelo en el departamento de Urbanismo del Ayuntamiento de la localidad. Solicita información de las restricciones legales y la viabilidad del proyecto que tienes en mente. 
    
3. ​Por otro lado, es necesario presentar varios documentos: un estudio de impacto ambiental, un informe de viabilidad técnica y económica y, finalmente, el proyecto urbanístico preliminar. Con estos informes se avala tu solicitud de recalificación. 
    
4. ​​​​​El cuarto paso es presentar la solicitud formal. Generalmente, se hace ante el Ayuntamiento o sino ante la autoridad urbanística competente del municipio. En esta etapa, el proyecto será evaluado por parte de técnicos especialistas y, cumplidos todos los requisitos técnicos y legales, se aprobará definitivamente el proyecto.
5. ​​​Por último, una vez recalificado el terreno, es obligatorio seguir con algunas condiciones. Para poder urbanizar el suelo, será indispensable instalar ciertas infraestructuras básicas como agua potable, alcantarillado, electricidad, etc. 

En función de la ubicación, el municipio, el terreno y otras casuísticas, todo este proceso será más o menos tedioso y largo en el tiempo. A su vez, los costos asociados también variarán mucho. Por norma general, hay que tener en cuenta los costos de todos los estudios técnicos y los honorarios de los especialistas, el pago de impuestos y tasas administrativas y, finalmente, los costos propios de la urbanización. 

Convertir un terreno rústico en uno urbano conlleva algunas ventajas. Entre las principales razones para recalificar un terreno destaca un notable aumento del valor del suelo o un desarrollo mayor de su potencial. 

Un terreno recalificado permite usos más lucrativos como, por ejemplo, construir viviendas, locales comerciales, parques o infraestructuras públicas. Y, consecuentemente, esto hará que incremente su valor de mercado, atrayendo, a su vez, a nuevos inversores. 

Por otro lado, esta reconversión de los usos de un suelo genera un aprovechamiento estratégico. Por ejemplo, si una zona concreta de un municipio está en pleno crecimiento, recalificar un terreno ubicado ahí puede ayudar a cumplir las nuevas normativas del entorno. Es decir, este cambio de uso contribuye también a la modernización de la ciudad y a su crecimiento social y económico.

En conclusión, recalificar un terreno es una gran opción en aquellas zonas con alta demanda o con planes estratégicos potentes. Se pueden multiplicar las posibilidades de esta propiedad y obtener una gran rentabilidad de la inversión. Si quieres invertir en este tipo de activos con tanta salida, consulta el amplio catálogo de terrenos en venta de Servihabitat.