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La convivencia vecinal no siempre fluye. La realidad es que, en algunas ocasiones, surgen pequeños conflictos entre las personas. Ante tal contexto, debes tener en cuenta cuáles son las principales soluciones si los vecinos se quejan de tu inquilino de alquiler. 

A pesar de creer haber seleccionado al mejor inquilino para tu inmueble de alquiler, puede ser que tu intuición falle y resulte ser una persona que molesta o incomoda a los demás vecinos. La convivencia vecinal no siempre resulta sencilla y, en ocasiones, surgen conflictos que tienen que ver con tu arrendatario. 

La mayoría de problemas con los vecinos suelen estar relacionados con los ruidos, sobre todo, por la noche. Si la persona a la que has alquilado tu vivienda está generando más ruido del esperado, es normal que los vecinos se quejen, y tú, como propietario, deberás actuar para buscar una solución a este problema. 

Aunque no seas legalmente responsable de ello, esta mala relación puede generar tensiones en la comunidad y, como propietario, necesitarás tomar medidas. 

  • El primer consejo es actuar cuanto antes y hablar de forma abierta con tu inquilino para conocer su punto de vista. Es importante no acusar ni amenazar, sino exponer de forma educada y calmada las quejas que te han podido llegar. En esta conversación, debe remarcarse la necesidad urgente de cambiar el comportamiento. En la mayoría de los casos, este diálogo será suficiente para mejorar la situación. 
     
  • Si después de esta conversación con tu inquilino, sigue habiendo conflicto entre los vecinos del edificio o comunidad, es el momento de buscar otras soluciones. Si las quejas y/o acusaciones son graves, lo mejor es dejar por escrito toda la información recogida. Redacta un informe detallando las quejas de varios vecinos. 
     
  • Este es un punto importante: siempre es mejor tener la visión de más de una persona para contrastar la realidad. Habla con varios vecinos implicados y escucha sus puntos de vista. 
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  • Paralelamente, revisa las cláusulas del contrato de alquiler en cuanto a las normativas comunitarias. Actualmente, muchos contratos incluyen explicaciones relacionadas con el comportamiento del inquilino y las molestias a los vecinos.
     
  • Si el descontento entre los vecinos persiste, puedes considerar la mediación como una posible solución. En España, existen organismos dedicados al arbitraje entre inquilinos y propietarios para resolver conflictos sin recurrir a juicios o demandas.
     
  • Antes de emprender medidas legales, también puedes redactar un burofax con pruebas contrastadas de las molestias causadas, donde se detallen todos los incidentes. Este documento, redactado por un abogado especialista y que actúa como aviso legal, podría servir más adelante como prueba en un posible juicio. De todas formas, se suele recurrir a esta comunicación por escrito, precisamente, para intentar evitar recurrir a la vía judicial. 
     
  • Finalmente, en España, existen leyes para proteger una buena convivencia vecinal. Por eso, entre otras acciones, la Junta de Propietarios puede solicitar, como última instancia, que se cancele el contrato de alquiler de ese vecino molesto. El Código Civil y la Ley de Arrendamientos Urbanos establecen que las molestias y conflictos con terceros pueden ser causa de la finalización de un contrato de alquiler. La última opción a la hora de solucionar un conflicto entre vecinos es finalizar el contrato de arrendamiento y desahuciar a tu inquilino. Este proceso es largo y costoso, por lo que siempre es mejor que se acuda a él como último recurso. 

 

Todo inquilino de un inmueble de alquiler tiene el derecho a usar dicha vivienda de forma pacífica. También tiene derecho a que se le garantice privacidad y seguridad. 

Por otro lado, cualquier persona que viva en una vivienda de alquiler, a priori, no tiene obligaciones legales con la Junta de Propietarios. Es decir, al no formar parte de dicha comunidad de propietarios, no puede tomar decisiones que impacten en el resto de vecinos. 

Se dan algunos casos en los que, si queda acordado expresamente así en el contrato entre el arrendatario y el arrendador, el inquilino debe pagar, por ejemplo, los gastos de comunidad. Algo que suele ser obligación del propietario y no de la persona que vive en el inmueble de alquiler. 

Más allá de las obligaciones del inquilino contempladas en dicho contrato, hay una serie de normas de convivencia que debe cumplir y que son socialmente reconocidas. Son pautas que ayudan a mantener una buena convivencia entre todos los vecinos. 

En este sentido, hay algunas de estas normas que están reguladas legalmente, como puede ser la Ley del Ruido. Esta normativa establece, por ejemplo, que no se puede hacer ruido fuera del horario de 8h de la mañana a 21 o 22h de la noche, según la comunidad autónoma. Una normativa a la que se acogen muchos residentes a la hora de quejarse de molestias y conflictos con otros vecinos.

En definitiva, mantener una buena convivencia vecinal no solo es una cuestión de normas, sino también de responsabilidad compartida entre propietarios, inquilinos y comunidad. Anticiparse a los problemas, actuar con transparencia y fomentar el diálogo son claves para evitar que los conflictos escalen. Contar con un contrato claro y conocer los recursos legales disponibles puede marcar la diferencia entre una simple molestia puntual y una situación insostenible.

Cómo actuar si mi inquilino molesta a los vecinos

Vivienda7 de agosto de 2025

La convivencia vecinal no siempre fluye. La realidad es que, en algunas ocasiones, surgen pequeños conflictos entre las personas. Ante tal contexto, debes tener en cuenta cuáles son las principales soluciones si los vecinos se quejan de tu inquilino de alquiler. 

A pesar de creer haber seleccionado al mejor inquilino para tu inmueble de alquiler, puede ser que tu intuición falle y resulte ser una persona que molesta o incomoda a los demás vecinos. La convivencia vecinal no siempre resulta sencilla y, en ocasiones, surgen conflictos que tienen que ver con tu arrendatario. 

La mayoría de problemas con los vecinos suelen estar relacionados con los ruidos, sobre todo, por la noche. Si la persona a la que has alquilado tu vivienda está generando más ruido del esperado, es normal que los vecinos se quejen, y tú, como propietario, deberás actuar para buscar una solución a este problema. 

Aunque no seas legalmente responsable de ello, esta mala relación puede generar tensiones en la comunidad y, como propietario, necesitarás tomar medidas. 

¿Cómo solucionar los conflictos vecinales con tu inquilino de alquiler?

  • El primer consejo es actuar cuanto antes y hablar de forma abierta con tu inquilino para conocer su punto de vista. Es importante no acusar ni amenazar, sino exponer de forma educada y calmada las quejas que te han podido llegar. En esta conversación, debe remarcarse la necesidad urgente de cambiar el comportamiento. En la mayoría de los casos, este diálogo será suficiente para mejorar la situación. 
     
  • Si después de esta conversación con tu inquilino, sigue habiendo conflicto entre los vecinos del edificio o comunidad, es el momento de buscar otras soluciones. Si las quejas y/o acusaciones son graves, lo mejor es dejar por escrito toda la información recogida. Redacta un informe detallando las quejas de varios vecinos. 
     
  • Este es un punto importante: siempre es mejor tener la visión de más de una persona para contrastar la realidad. Habla con varios vecinos implicados y escucha sus puntos de vista. 
    ​​​​​​​
  • Paralelamente, revisa las cláusulas del contrato de alquiler en cuanto a las normativas comunitarias. Actualmente, muchos contratos incluyen explicaciones relacionadas con el comportamiento del inquilino y las molestias a los vecinos.
     
  • Si el descontento entre los vecinos persiste, puedes considerar la mediación como una posible solución. En España, existen organismos dedicados al arbitraje entre inquilinos y propietarios para resolver conflictos sin recurrir a juicios o demandas.
     
  • Antes de emprender medidas legales, también puedes redactar un burofax con pruebas contrastadas de las molestias causadas, donde se detallen todos los incidentes. Este documento, redactado por un abogado especialista y que actúa como aviso legal, podría servir más adelante como prueba en un posible juicio. De todas formas, se suele recurrir a esta comunicación por escrito, precisamente, para intentar evitar recurrir a la vía judicial. 
     
  • Finalmente, en España, existen leyes para proteger una buena convivencia vecinal. Por eso, entre otras acciones, la Junta de Propietarios puede solicitar, como última instancia, que se cancele el contrato de alquiler de ese vecino molesto. El Código Civil y la Ley de Arrendamientos Urbanos establecen que las molestias y conflictos con terceros pueden ser causa de la finalización de un contrato de alquiler. La última opción a la hora de solucionar un conflicto entre vecinos es finalizar el contrato de arrendamiento y desahuciar a tu inquilino. Este proceso es largo y costoso, por lo que siempre es mejor que se acuda a él como último recurso. 

 

Derechos y obligaciones del inquilino

Todo inquilino de un inmueble de alquiler tiene el derecho a usar dicha vivienda de forma pacífica. También tiene derecho a que se le garantice privacidad y seguridad. 

Por otro lado, cualquier persona que viva en una vivienda de alquiler, a priori, no tiene obligaciones legales con la Junta de Propietarios. Es decir, al no formar parte de dicha comunidad de propietarios, no puede tomar decisiones que impacten en el resto de vecinos. 

Se dan algunos casos en los que, si queda acordado expresamente así en el contrato entre el arrendatario y el arrendador, el inquilino debe pagar, por ejemplo, los gastos de comunidad. Algo que suele ser obligación del propietario y no de la persona que vive en el inmueble de alquiler. 

Más allá de las obligaciones del inquilino contempladas en dicho contrato, hay una serie de normas de convivencia que debe cumplir y que son socialmente reconocidas. Son pautas que ayudan a mantener una buena convivencia entre todos los vecinos. 

En este sentido, hay algunas de estas normas que están reguladas legalmente, como puede ser la Ley del Ruido. Esta normativa establece, por ejemplo, que no se puede hacer ruido fuera del horario de 8h de la mañana a 21 o 22h de la noche, según la comunidad autónoma. Una normativa a la que se acogen muchos residentes a la hora de quejarse de molestias y conflictos con otros vecinos.

En definitiva, mantener una buena convivencia vecinal no solo es una cuestión de normas, sino también de responsabilidad compartida entre propietarios, inquilinos y comunidad. Anticiparse a los problemas, actuar con transparencia y fomentar el diálogo son claves para evitar que los conflictos escalen. Contar con un contrato claro y conocer los recursos legales disponibles puede marcar la diferencia entre una simple molestia puntual y una situación insostenible.

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