Para llevar a cabo cualquier proyecto de edificación, es importante realizar previamente un estudio geotécnico. Es la base que permite conocer el terreno y, a su vez, minimizar los riesgos e inestabilidades que pueden surgir durante la construcción. 

Antes de edificar, e incluso de diseñar los planos de una futura construcción, hay una pregunta clave que cualquier propietario de un terreno debe hacerse: ¿es viable construir aquí? La respuesta la da un documento técnico fundamental a la hora de edificar: el estudio geotécnico.

Este análisis del subsuelo es obligatorio por ley y puede marcar la diferencia entre una construcción segura o una llena de riesgos. Su precio varía en función del tipo de terreno y del alcance del proyecto, pero es un gasto mínimo si se compara con los costes que puede generar una mala cimentación o una obra detenida por problemas técnicos.
 

Un estudio geotécnico sirve para conocer las características físicas, mecánicas y geológicas de un terreno. Su función es, sobre todo, determinar la viabilidad de dicho terreno antes de construir en él. Es decir, es esencial para conocer previamente si ese suelo está capacitado y preparado para soportar una edificación y diseñar los cimientos adecuados.

Un estudio geotécnico responde a una variedad de preguntas como qué tipo de cimentación necesita la casa o el edificio, si existen riesgos de deslizamientos o hundimientos, qué maquinaria se necesita para excavar o si hay agua subterránea que pueda afectar la construcción. 

En España, el Código Técnico de la Edificación (CTE) establece que todo proyecto de construcción o edificación debe contar con un estudio geotécnico. Es decir, este informe es obligatorio e imprescindible para garantizar la seguridad estructural de una construcción y evitar sorpresas durante la obra.

Eso sí, existen casos excepcionales en los que no es obligatorio realizar un estudio geotécnico, siempre que se cumplan simultáneamente algunas condiciones como que la edificación sea técnicamente sencilla.
 

El estudio geotécnico culmina con un informe técnico que recoge información detallada sobre el terreno y su entorno. Este documento incluye, entre otros aspectos, una descripción de las condiciones geológicas del área, los resultados de las pruebas realizadas tanto en campo como en laboratorio, el nivel freático o la composición del suelo.

A partir de estos datos, se redactan recomendaciones de diseño y construcción adaptadas a ese suelo. Es una información muy útil a la hora de anticipar posibles riesgos de construcción que, de no detectarse, ponen en peligro la estabilidad de la obra. 

Llevar a cabo un estudio geotécnico es una inversión fundamental que ayuda a evitar errores tanto en el diseño como en la ejecución de cualquier tipo de obra. Pero no solo eso: también es una herramienta eficaz para reducir los riesgos de sufrir problemas estructurales en el futuro o prevenir costes adicionales. 

Es decir, contar con este documento aporta un mayor control sobre el proceso constructivo y proporciona una base firme para garantizar la durabilidad de la edificación.
 

En España, la firma de un estudio geotécnico recae en profesionales cualificados de la ingeniería, siempre que hayan cursado materias específicas de geotecnia o geología aplicada. 

Esto incluye a ingenieros de caminos, canales y puertos; ingenieros geólogos; ingenieros de minas; e incluso a algunos arquitectos o ingenieros civiles con formación especializada en geotecnia. Sin embargo, más allá de la habilitación, es crucial contratar a un profesional o empresa con demostrada experiencia y un sólido bagaje técnico en este tipo de informes, ya que la precisión del estudio es vital para la seguridad y viabilidad de cualquier proyecto constructivo.

En definitiva, no todos los terrenos son aptos para construir. Solo un estudio geotécnico profesional puede garantizar que tu parcela es segura, estable y viable desde el punto de vista técnico. Y no solo es una recomendación: es una exigencia legal. El estudio geotécnico es el primer paso para construir con seguridad y minimizar los riesgos de construcción.