Tradicionalmente, en España, las viviendas se han ido moviendo entre dos opciones, la compra o la venta de pisos o casas tradicionales. Hoy, la tendencia empieza a cambiar y aparecen en el mercado inmobiliario nuevas alternativas como las casas prefabricadas o los espacios compartidos. 
 
Cada vez son más las personas que buscan nuevas maneras de vivir. Sea por la dificultad económica, porque trabajan cuando y desde donde quieren o por su consciencia sostenible, alternativas a la vivienda tradicional como residir de manera fija en una casa modular van ganando adeptos. 
 
Actualmente, hay muchas opciones innovadoras: desde vivir en un barco a las microviviendas, propiedades compartidas o viviendas flotantes. Algunas de estas viviendas alternativas son ya habituales en países como Reino Unido donde la fórmula de la propiedad compartida se estila desde hace años, al igual que la construcción vertical de nuevas viviendas. 
 
Aquí, en España, el auge se empieza a hacer visible, por ejemplo, en las casas prefabricadas de madera, hormigón, etc. Entre sus ventajas más populares es que se reduce notablemente el plazo de construcción y que al ser construcciones modulares, el futuro propietario tiene mucho que decir sobre tamaño, distribución o materiales. Además, suelen ser más baratas que las casas convencionales y mucho más respetuosas con el medio ambiente.   
 
Por todo ello, las casas modulares se han posicionado como una alternativa real e ideal para personas preocupadas por el cambio climático y la sostenibilidad o para parejas y familias que pongan el foco en el consumo de energía o el entorno natural alrededor de su vivienda.  
 
Otro modelo que abre un gran abanico de posibilidades en España es el senior living. Se trata de viviendas pensadas para personas de más de 65 años, con una ganas de independencia y servicios a su alcance que no encuentran en sus casas familiares o en las residencias de la tercera edad. 
 
La industria inmobiliaria ya está cayendo rendida a los pies de esta nueva moda que da un paso más allá de dichas residencias. En el senior living, los mayores pasan a vivir con todas las comodidades y servicios en una comunidad de iguales con los que, por ejemplo, compartir aficiones y evitar la soledad. En Europa, y en 2022, este sector movió más de 4.000 millones de euros en inversiones. 
 
Otro régimen de vivienda alternativa que goza de adeptos en Europa es el co-housing; es decir, una comunidad de propietarios que se han integrado entre ellos. Ya sea porque se han conocido mediante anuncios o porque ya eran amigos previamente. Se trata, en resumen, de buscar que los vecinos compartan intereses comunes por que sí, se va a apostar por la comunidad. El ideal es crear estancias comunes que pueden ser, por ejemplo, salas de juegos infantiles o comedores para todos los vecinos. Son, en definitiva, viviendas no aptas para personas que protejan su espacio privado e intimidad. 
 
También hay personas que deciden fijar su residencia en contenedores, autocaravanas o barcos. Los contenedores marítimos son esas grandes cajas de metal que permiten dar rienda suelta a la creatividad. Uno de sus puntos fuertes, claro está, es la sostenibilidad. 
 
Por su parte, vivir de manera permanente en un barco, algo corriente en el norte de Europa y que se está extendiendo a nuestro país, dispara algo más los gastos debido al mantenimiento, el amarro o a las tasas anuales de puertos. Aún así, sigue siendo -normalmente- más económico que una casa tradicional. 
 
Y, entre sus beneficios, destaca la libertad de descubrir mundo. Eso sí, vivir en un barco es legal, pero es importante conocer los requisitos que marcan las autoridades administrativas de cada puerto. 
 
Por lo tanto, el mercado inmobiliario es cada vez más amplio y hoy elegir dónde y cómo se quiere vivir es algo totalmente personalizado. Para los que sigan pensando que vivir en una vivienda más tradicional está hecho para sus necesidades y bolsillo, pueden consultar el amplio catálogo residencial de Servihabitat. ¡Tu nuevo hogar está esperándote al mejor precio!