El deseo de vivir en lugares naturales y saludables, entre otros aspectos, hace que cada vez más inversores se planteen mudarse a aldeas pequeñas. Pero ¿y si en lugar de comprar una casa se pudiera comprar un pueblo abandonado? En España hay más de 3.000 y son una buena oportunidad de inversión.
En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística, hay más de 3.200 pueblos abandonados. La despoblación de muchos núcleos rurales, principalmente, ha llevado a cunar el concepto de
España vaciada. Todo por el éxodo rural de las nuevas generaciones que van hacia las ciudades en busca de un futuro más prometedor.
Sin embargo, y sobre todo tras la pandemia, esta situación empieza a revertirse. Hoy día, las personas pueden trabajar desde sus casas -estén donde estén- y la necesidad de aire puro y espacios abiertos hace que cada vez más "urbanitas" se planteen mudarse a los pueblos. No solo en verano, sino como residencia habitual.
Y, aunque suene a ciencia ficción, hoy día es posible comprar un pueblo entero en España. Es más, en algunos casos, es una inversión menor que comprar una vivienda para entrar a vivir en ciertas ciudades del país.
La mayoría de estas oportunidades están en Galicia, Asturias, Castilla y León o Cataluña y son una opción cada vez más atractiva para inversores. De hecho, el interés por parte de inversores extranjeros es cada vez más visible. Así que es una tendencia que aprecian los españoles, pero también extranjeros que pueden hacerse con pequeños pueblos sin habitantes y dar rienda suelta a sus proyectos.
Algunas de estas aldeas requieren de una primera inversión muy fuerte y una
reforma integral de sus viviendas e infraestructuras; otras no solo acogen casas también establos, cementerios o iglesias y algunos pueblos en venta están listos para entrar a vivir. En común tienen que hace años que no vive nadie en todos ellos y se convierten, por norma general, en auténticas "gangas".
La mayoría de compradores rurales apuestan por estos pueblos para darles un posterior uso turístico ya sea construyendo hoteles rurales, complejos de aventura o campos de golf. Se estima que reformar las casas del pueblo, diseñar rutas o levantar una piscina municipal para atraer a los turistas puede dejar
rentabilidades de entre el 8% y el 10%. Le sigue el interés de empresas por el medio rural y, de lejos, aquellas familias que quieren darle un uso personal a esta adquisición.
Para comprar o no estos "pueblos fantasma" es importante estudiar las características de cada aldea, provincia, el estado de las carreteras de acceso o el clima más habitual en la zona.
Sea como sea es importante plantearse la rehabilitación de la aldea y su entorno. Por lo tanto, el inversor o comprador debe tener un proyecto muy claro en mente y estar dispuesto a poner dinero para darle forma y convertirlo en una realidad rentable.
Y si ninguno de los pueblos desocupados en venta actualmente te interesan, o prefieres ir poco a poco, siempre puedes consultar el
amplio stock de casas y terrenos del que dispone Servihabitat.