En España, actualmente, hay más de 2,3 millones de hectáreas agrícolas desaprovechadas según datos del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA). Se trata de casi el 15% de todo el terreno agrícola del país. En Cataluña, por ejemplo, se calcula que se han dejado de cultivar 100.000 hectáreas en los últimos 20 años. Por eso, esta comunidad ha activado un censo de terrenos agrícolas en desuso para poder ponerlos en alquiler. 
 
Ya en plena pandemia se debatía sobre el peligro que existe en España del abandono de tierra agrarias. La Unión de Uniones de Agricultores y Ganadores estimaba hace un par de años que, en 2030, cinco millones de hectáreas estarán en desuso. 

Algo de lo que también ha alertado el Parlamento Europeo y es que en torno al 30% de las superficies agrícolas de la Unión Europea, cerca de unos 56 millones de hectáreas, estén en riesgo de abandono.  

En España, se estima que hoy son ya más de 2,3 millones las hectáreas agrícolas desaprovechadas. O dicho de otra manera, el equivalente a cerca de tres veces el tamaño de la Comunidad de Madrid. En 2022, una de cada tres hectáreas que se dejaron de cultivar estaban ubicadas en la Comunidad Valenciana, que alcanzó el récord de 171.386 hectáreas sin uso. 

En este contexto, salen a la palestra temas como la despoblación de las zonas rurales, la falta de relevo generacional o la poca rentabilidad de ciertos terrenos. El Parlamento Europeo, además, cree que esta tendencia actual de abandono de tierras se verá agravada por factores externos como la globalización o el cambio climático. Y considera preocupante su situación sobre todo en zonas marginales, montañas, zonas costeras, islas y las regiones poco pobladas.

Por eso, es importante diseñar herramientas de actuación que minimicen este abandono de tierras. Una de estas soluciones es, sin duda, la mejora de las condiciones de explotación y las ayudas a las comunidades rurales. Cataluña, por ejemplo, estima que 100.000 hectáreas se han dejado de cultivar en las últimas dos décadas. Y trabaja ya para revertir esta cifra. En este sentido, y con el foco puesto en frenar esta tendencia, la Generalitat de Cataluña ha lanzado una nueva herramienta, el Registro de Tierras de Catalunya.

Se trata de un censo real de las parcelas abandonadas, en desuso o en peligro de estarlo. Una vez hecho este registro, se va a favorecer que se arrenden estos suelos a precios asequibles durante un mínimo de 7 años. Para llevar a cabo este contrato, se abrirán convocatorias para aquellos interesados en alquilar. La prioridad será para la gente joven y para las empresas que estén ya cerca de la parcela.  Gracias a este registro, Cataluña espera frenar el despoblamiento del territorio, favorecer la soberanía alimentaria y fortalecer el potencial productivo de sus tierras.

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