El suelo agrario es un activo inmobiliario que se caracteriza por su estabilidad y puede generar grandes rendimientos para la mayoría de cultivos. Según el informe Suelo Agrario en España 2022, el año pasado la tierra cultivada ofreció rentabilidades entre el 4% y el 11%. 

Un suelo rústico es una parcela de terreno que no está destinada a la construcción urbana. Se encuentra en un espacio rural y, por normativa, solo puede ser usada con fines ganaderos, agrícolas, forestales, cinegéticos o para la utilización racional de los recursos naturales. Por ese motivo, tiene un gran valor productivo, ecológico y paisajístico.

El suelo agrario supone un tercio de la superficie total de España. Predominan los cultivos de cereales, olivares, frutales o viñedos, que son primordiales para el desarrollo de la economía española. El informe "Suelo Agrario en España 2022" recuerda que España es uno de los principales productores agroalimentarios dentro de la Unión Europea: el 24% de las hortalizas y el 30,4% de las frutas son españolas. 

Este estudio, además, destaca la buena salud de este segmento y asegura que la rentabilidad media de los cultivos se sitúa entre el 4% y el 11%. Por lo tanto, se convierte en una industria estratégica que aporta más del 2,3% del valor añadido bruto a la economía del país. También da empleo a un 3,2% de la población. 

Pese a que aún más del 90% de los propietarios de suelo rústico son personas físicas, cada vez más los grandes inversores están poniendo el foco en este activo. Ante tales rentabilidades y estadísticas, en los últimos años, están entrando en escena  -o más bien en suelo agrario- estos actores. 

Los inversores apuestan por estos activos rústicos que, más allá de cultivos de frutas y hortalizas, pueden albergar nuevos proyectos con grandes rendimientos como el turismo rural o la implantación de energías verdes. Es una alternativa al tradicional ladrillo y las rentabilidades son altas en relación al riesgo que comportan. Además, permiten una gran diversificación de carteras y suelen estar lejos de los vaivenes financieros. 

Pero para beneficiarse de todas estas ventajas es necesario, asimismo, cuidar este suelo. Para ello, los expertos y la nueva Política Agrícola Común (PAC) -que se aplica desde el pasado 1 de enero- apuestan por reducir el uso de pesticidas, limitar el desperdicio de insumos agrarios y buscar nuevas vías de abonado sinérgicas para limitar el uso de fertilizantes. Así, con un buen suelo agrícola en condiciones es más sencillo llevar a cabo proyectos urbanísticos, por ejemplo. 

Los retos para este 2023

El estudio "Suelo Agrario en España 2022" corrobora que el sector agro avanza con paso firme y refuerza su carácter estratégico para todas las Comunidades. De hecho, según otro informe, "Inversión en Suelo Rústico en 2022", las fincas rústicas, por ejemplo, se han convertido en objeto de deseo de inversores de diversos perfiles. La compraventa de estos activos en suelo rústico estuvo el año pasado protagonizada por fondos de inversión, cerrando unas cifras históricas. 

Dicho informe añade que, de cara a 2023, los grandes retos en este sector serán la gestión del agua, el uso de energías renovables, una mayor claridad y seguridad en las normativas de construcción en suelo rústico, o la regularización de propiedad de este tipo de suelo. 

Finalmente, para encontrar el suelo rústico que mejor se ajuste a cada uso y necesidad, es importante contar con un buen asesoramiento como el que, desde hace años, ofrece Servihabitat. Este asesor inmobiliario lanza al mercado diferentes tipologías de suelo rústico ubicadas en todo el país para que la búsqueda no sea un quebradero de cabeza sea quien sea el inversor. Todos sus activos rústicos son ideales para agricultores, ganadores o grandes fondos de inversión. Todos pueden encontrar su terreno soñado.